Hay ríos metafísicos, ella los nada como esa golondrina está nadando en el aire, girando alucinada en torno al campanario, dejándose caer para levantarse mejor con el impulso.
Ríos que envuelven la realidad de manera invisible y que, sin embargo, crean caminos para guiar el vuelo de sus pensamientos, pensamientos que viajan a través del viento y juegan con las nubes, ascienden y descienden, como teniendo vida propia, y al final del día regresan por el camino que recorrieron anteriormente, y vuelven a anidar en el corazón que los vio nacer.