La vida como un milagro.

Hasta donde podemos discernir, el único propósito del ser humano es encender una luz en la oscuridad de la existencia.
— Carl Gustav Jung (Recuerdos, sueños, pensamientos)

"... Y ahí estaba la bola con nieve, con un pequeño castillo dentro, era como un mundo entero, un mundo dentro de la bola... una pequeña busbuja de cristal de otra dimensión. La moví, provocando una tormenta. Sabía que no era nieve real, pero no comprendía porqué caía tan despacio. Imaginé que dentro de la bola había un tiempo diferente. Tiempo lento... y dentro solo había agua."

— ¿Laurie? ¿Estás bien?
— ¡Claro que no! ese bastardo, y mi madre, me... me engañaron ¡Eso hicieron! Toda mi vida es una mentira. Estúpida, insignificante...
— No creo que tu vida sea insignificante.
— Oh, no. Claro, tenías que decirlo porque cualquier cosa me la creeré como una estúpida. Pero se que no estás de acuerdo conmigo... y... uh... ¿verdad?
— No.
— Has estado diciendo que la vida es insignificante, ¿cómo puedes ahora...?
— Cambié de opinión.
— ¿Porqué?
— Milagros termodinámicos... son tan raros que parecen imposibles, como que el oxígeno se convierta en oro. Hace tiempo que quiero ver eso. En cada apareamiento humano, un millón de espermatozoides luchan por un solo óvulo. Multiplica esa probabilidad por las infinitas generaciones, contra las posibilidad de que tus ancestros vivieran, se encontraran y engendraran esta hija... hasta que tu madre ama a un hombre al que tiene toda la razón de odiar, y de esa unión, de los millones de niños que compiten por la fertilización, eres tú, solo tú, la que emergió. Destilar esa forma tan específica de ese caos de improbabilidad, es como transformar el aire en oro... una de las mayores improbabilidades. El milagro termodinámico.
— Si mi nacimiento, si eso es un milagro termodinámico... ¡podrías decir eso de cualquier persona en el mundo!
— Si. Cualquiera en el mundo... pero el mundo está lleno de personas que lo convierten en rutina que lo olvidamos... lo olvidé. Miramos continuamente el mundo y eso nubla nuestras percepciones. Pero visto desde otra perspectiva, como si fuera nuevo. Puede aun asombrarnos.

Ven... seca tus ojos, porque eres vida, más rara que un Quark e impredecible más allá de los sueños de Heisenberg, la arcilla en que las fuerzas que modelan las cosas dejan sus huellas... Seca tus ojos... vamos a casa.

Nota: Este es un dialogo entre Silk Spectre y el Dr Manhattan, de la novela gráfica Watchmen, esta conversación me gustó desde la primera vez que la escuché en la película, en el comic es algo distinta, pero aun así, me sigue gustando.

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