Tomó una taza de café mientras observaba el ocaso por la ventana, el sol desaparecía en el horizonte y la oscuridad se hacía presente. Empezaba a anochecer y las luces de la ciudad empezaban a iluminar el cielo nocturno. Sus pensamientos giraron alrededor de todas esas teorías que había escuchado y sonrió al pensar en lo que las demás personas estarían haciendo, preocupados tal vez, celebrando que aun seguían vivos. Colocó la taza sobre la mesa y cerró los ojos por unos momentos, él no quería estar con nadie más, había aprendido a estar solo desde hace tiempo, y aunque la soledad a veces le provocaba algo parecido a la nostalgia, estaba tan acostumbrado a ella que prefería estar así. Encendió el reproductor de cd's, colocó un disco y presiono el botón de "Play".
This is the end, beautiful friend... this is the end, my only friend, the end... ♪ ♫
Mientras escuchaba la música pensó en que esa canción sería ideal para un disco que musicalizara el fin del mundo. Se recostó en el sofá que estaba a un lado y cerró los ojos por unos instantes. Se sumergió en sus propios pensamientos, pensó en su soledad, y por un momento quiso que realmente ese fuera el fin del mundo, que todo se acabara en ese mismo instante, pero no así; quería compartir sus últimos minutos de vida con alguien más, quería sentir la compañía agradable de alguien, al menos una vez en su vida, después de eso no le importaba que el mundo se desvaneciera.
Abrió los ojos e intentó no pensar en nada más. La música había cesado, las luces estaban apagadas, todo estaba en silencio... de hecho, era un silencio exagerado, algo no andaba bien, se levantó y se dirigió hacia la ventana, al mirar hacia la calle pudo notar que todo estaba igual. "Un apagón... debe haber personas realmente asustadas en este momento", murmuró para sí mismo. Miró al cielo y pensó en lo hermosa que se veía la luna sin tantas luces artificiales que la opacaran, las estrellas también se veían diferentes, parecían tener un brillo especial.
Cerró los ojos y guardó silencio. Por un instante, sintió que estaba dejando de existir. Y, de algún modo, él sentía que su inexistencia hacía que la luna resplandeciera un poco más, y pensó que si todo el mundo desapareciera en ese instante, el universo sería un mejor lugar. Tal vez.
Al abrir los ojos no pudo distinguir nada, dirigió su mirada hacia arriba pero la luna tampoco estaba ahí. Caminó despacio, extendiendo las manos, tanteando el espacio para evitar tropezar con algún mueble, pero no había nada. Era como si sus muebles hubieran desaparecido. Pero, al caminar un poco más y darse cuenta de que, en donde debía estar la pared no había nada, empezó a pensar que tal vez ya no estaba en su habitación. Caminó un poco más y logró sentir algo, era un muro de piedra, o algo parecido. Al posar sus manos sobre ese muro, notó que la textura de éste cambiaba, era cada vez menos áspera, y más blanda. Presionó un poco más y sintió que algo lo atraía a ese muro, intentó caminar hacia atrás pero era imposible, ese algo se había apoderado de su voluntad, y ahora estaba cruzando a través de él.
Continuará...