Sobre la repentina vaciedad de las palabras

Las palabras son solo palabras, claro, pero lo que hay detrás de ellas viene a ser realmente fascinante, al menos para mi, en ocasiones hasta oscuro... basta con preguntarse simplemente ¿de dónde vienen las palabras?

Y es que desde siempre he sentido la necesidad de analizarlo todo, desde la compleja personalidad de la personas que me rodean (razón por la cual me encuentro estudiando Psicología, probablemente) hasta las palabras que vienen a ser tan comunes como cualquier otro detalle que al ser tan cotidiano pasamos por alto.

Sucede que al leer un texto o escuchar a alguien hablar, las palabras fluyen como siempre, de emisor a receptor y todo lo demás, pero hay veces en las que eso no basta, y me detengo ante una palabra, elegida al azar, la observo, la analizo un poco, me cuestiono a mi mismo sobre su origen, su etimología (¡ah!, Etimologías Grecolatinas era una de mis materias favoritas en la preparatoria), si está relacionada con alguna otra palabra, si es una palabra compuesta, si tiene algún prefijo o sufijo, y todo lo que uno puede analizar de una palabra.

Hasta ahí todo va bien, el problema surge cuando la palabra se me escapa de las manos, ya sea que, al analizarla demasiado, ésta pase a un estado más... liquido... y se me escurra entre los dedos, o que su timidez la haga saltar lejos de mi campo visual, como un escurridizo animal compuesto de letras y signos.

Y su aparente ausencia me deja confundido, es entonces cuando me pregunto: ¿esta palabra realmente significa lo que yo creo?... si, bueno, la he leído y escuchado siempre, siendo así, ¿porqué en este momento me parece tan extraña?, como si estuviera escrita en un idioma distinto al que estoy acostumbrado, como si la forma de las letras no coincidiera con lo que yo considero una letra normal.

Lo único que se puede hacer en un momento así es recurrir a un diccionario, verificar que la palabra realmente se encuentra ahí, junto con todas las demás que conforman nuestro vocabulario, y solo entonces siento que todo está bien, sigo siendo parte de esta realidad. Cierro el diccionario. La palabra sigue enjaulada dentro de esas páginas, sigue siendo parte del idioma que conozco, nada ha cambiado.

Si, ya se que este tipo de cosas no le suceden a una persona normal, pero qué mas da, nunca me he considerado realmente una persona normal.

3 comentarios:

Mariela García dijo...

palabras! mi daddy nos hace recurrir al dic cuando decimos algo y nos pregunta... que significa... y si dudamos al responder nos dice: traigan el dic! =) eso paso el otro día que dije: uno no se puede unir a un yugo desigual... entonces el me pregunto, Que es yugo? // yo entendía a que se refería... pero no sabía el significado en si... y o.O jajajaja ni modo a buscar me dije! Saludos.

xhabyra dijo...

Nunca debe faltar un diccionario cerca, ya sea que nos saque de la duda y nos permita seguir avanzando o que nos genere mas controversia al redirigirnos a otra palabra o verbo aun mas raro!

xhaludos!

Luis Elbert dijo...

Definitivamente el diccionario es una herramienta bastante útil (aunque actualmente parece que no muchas personas hacen uso de él)...

Pero lo que yo mencionaba (en el post) es diferente, no es que no sepa el significado de algunas palabras, sino que a veces, aun sabiendo el significado de cualquier palabra (a veces algo tan común como "mesa" o cualquier otra), ésta empieza a parecer cada vez más y más extraña o.O

El idioma es un lugar muy extraño u.u

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