The End (Primera Parte)





Tomó una taza de café mientras observaba el ocaso por la ventana, el sol desaparecía en el horizonte y la oscuridad se hacía presente. Empezaba a anochecer y las luces de la ciudad empezaban a iluminar el cielo nocturno. Sus pensamientos giraron alrededor de todas esas teorías que había escuchado y sonrió al pensar en lo que las demás personas estarían haciendo, preocupados tal vez, celebrando que aun seguían vivos. Colocó la taza sobre la mesa y cerró los ojos por unos momentos, él no quería estar con nadie más, había aprendido a estar solo desde hace tiempo, y aunque la soledad a veces le provocaba algo parecido a la nostalgia, estaba tan acostumbrado a ella que prefería estar así. Encendió el reproductor de cd's, colocó un disco y presiono el botón de "Play".

This is the end, beautiful friend... this is the end, my only friend, the end... ♪ ♫

Mientras escuchaba la música pensó en que esa canción sería ideal para un disco que musicalizara el fin del mundo. Se recostó en el sofá que estaba a un lado y cerró los ojos por unos instantes. Se sumergió en sus propios pensamientos, pensó en su soledad, y por un momento quiso que realmente ese fuera el fin del mundo, que todo se acabara en ese mismo instante, pero no así; quería compartir sus últimos minutos de vida con alguien más, quería sentir la compañía agradable de alguien, al menos una vez en su vida, después de eso no le importaba que el mundo se desvaneciera.

Abrió los ojos e intentó no pensar en nada más. La música había cesado, las luces estaban apagadas, todo estaba en silencio... de hecho, era un silencio exagerado, algo no andaba bien, se levantó y se dirigió hacia la ventana, al mirar hacia la calle pudo notar que todo estaba igual. "Un apagón... debe haber personas realmente asustadas en este momento", murmuró para sí mismo. Miró al cielo y pensó en lo hermosa que se veía la luna sin tantas luces artificiales que la opacaran, las estrellas también se veían diferentes, parecían tener un brillo especial.

Cerró los ojos y guardó silencio. Por un instante, sintió que estaba dejando de existir. Y, de algún modo, él sentía que su inexistencia hacía que la luna resplandeciera un poco más, y pensó que si todo el mundo desapareciera en ese instante, el universo sería un mejor lugar. Tal vez.

Al abrir los ojos no pudo distinguir nada, dirigió su mirada hacia arriba pero la luna tampoco estaba ahí. Caminó despacio, extendiendo las manos, tanteando el espacio para evitar tropezar con algún mueble, pero no había nada. Era como si sus muebles hubieran desaparecido. Pero, al caminar un poco más y darse cuenta de que, en donde debía estar la pared no había nada, empezó a pensar que tal vez ya no estaba en su habitación. Caminó un poco más y logró sentir algo, era un muro de piedra, o algo parecido. Al posar sus manos sobre ese muro, notó que la textura de éste cambiaba, era cada vez menos áspera, y más blanda. Presionó un poco más y sintió que algo lo atraía a ese muro, intentó caminar hacia atrás pero era imposible, ese algo se había apoderado de su voluntad, y ahora estaba cruzando a través de él.



Continuará...

Sueño de una noche de invierno


Ya es medianoche. Ella despierta, tranquila, ya no siente el dolor que sentía hace algunas horas, se siente mejor, mucho mejor. Suspira, cierra los ojos, y se deja abrazar por su soledad. Sin embargo, su soledad ya no es solo suya, hay alguien más en la habitación compartiendo el silencio y la oscuridad de aquella noche. Es imposible, no hay nadie más en esta casa. Pero hay alguien ahí... sin poder ver de quién se trata, ella sabe que hay alguien más. Debería estar asustada, pero no lo está. Es extraño, es... como estar dentro de un sueño, tal vez por eso no ha notado o no le da mucha importancia a ese cambio que ha sufrido su cuerpo.

La luna se asoma por la ventana e ilumina su cuerpo desnudo, un cuerpo que irradia juventud, fragilidad, perfección... y deseo. Con el brillo de la luna dándole directamente en el rostro le cuesta aun más distinguir quién se oculta en las sombras. Ella está desnuda y alguien la observa. ¿Porqué no está asustada?. Tal vez sea porque... realmente no hay nadie ahí. Debe ser solo mi imaginación, piensa ella, mientras se vuelve a acostar en la cama.

—Te ves tan hermosa como siempre —dice una voz, desde las sombras.

Esa voz sonó tan familiar, piensa ella, pero no puede ser.

—Es imposible —dice ella en voz baja, y añade —Debo estar alucinando.
—¿Me esperaste tanto tiempo solo para decir que, ahora, soy solo una alucinación? —responde alguien desde las sombras

Un minuto de silencio, por todas las memorias olvidadas, por todos los sueños enterrados, por lo que ya no sería nunca más, y que, sin embargo, en este instante estaba sucediendo.


—¿Cómo puede ser cierto? ¿Qué fue lo que... —un dedo índice se posó sobre sus labios, interrumpiendo sus infinitas dudas, y tranquilizándola.
—Ya habrá tiempo para responder sus dudas, jovencita. Después... —susurró él
—¿Jovencita?... pero...
— Shhhhh...


Él retiró el dedo de los labios de ella, y en su lugar posó sus propios labios, cálidos, tan llenos de amor, como ella siempre lo había recordado. Ella cerró los ojos, se olvidó de todas sus preguntas, lo abrazó con todas sus fuerzas. Un beso francés. Él acariciaba su cuerpo, con la misma suavidad con la que siempre lo hacía, tal y como ella lo recordaba, haciendo que ella experimentara sensaciones que hace tiempo había olvidado, y que ahora, volvían a estar presentes, con mayor intensidad que antes. Sus manos descendían poco a poco, acariciando su cuerpo, su cuello, sus senos, su vientre, sus piernas.

Ella lo detuvo en ese momento, y comenzó a quitarle la ropa lentamente. En medio de la noche, ella disfrutaba despojarlo a él de sus vestiduras y palpar con sus propias manos el cuerpo desnudo que se ocultaba debajo de ellas. Por un momento pensó que eso que estaba pasando era solo parte de un sueño, pero inmediatamente hizo a un lado sus pensamientos y se dedicó simplemente a disfrutar del momento.

En cuanto ambos estuvieron desnudos, las caricias se volvieron más intensas, el calor de la habitación aumentó, y la luna se ocultó por un instante, detrás de algunas nubes oscuras que atravesaban el cielo en ese momento. En medio de la oscuridad sus cuerpos se buscaron entre si, encontrándose una y otra vez, jugando, amándose.

Siguieron el curso natural de su deseo, y en cuanto la pasión empezó a rozar los limites del placer sus cuerpos pasaron a ser solo uno, buscando aun más placer, lo que siguió después: el cielo en la tierra, para ser más específicos, el cielo, contenido en aquella habitación. Por un instante que pareció ser eterno, esos cuerpos jóvenes ascendieron al cielo, sintieron el éxtasis en carne propia, y entre suspiros, descendieron lentamente, abrazados.

—Gracias por regresar, la vida ha sido muy dura sin ti —susurro ella, entre sus brazos.
—Te prometí que regresaría por ti —respondió él, con una sonrisa.
—Ni siquiera la muerte te detuvo, ¿verdad?
—Ni siquiera la muerte me separaría de ti —respondió él, y le dio un beso en la frente.
—¿Volverás a irte?
—Esta misma noche... pero, tranquila, no me iré sin ti

Hacía frío, su cuerpo comenzaba a debilitarse nuevamente... envejecía, volviendo nuevamente a su estado natural. Él se levantó y le pidió que se abrigara bien. Después de vestirse, ambos se acostaron nuevamente, abrazados. Observando a la luna, que nuevamente se asomaba por la ventana.

—Esto debe ser un sueño —repitió ella —pero cuando el sueño termine, se que seguiré estando a tu lado.
—Así será —contestó él.

Al día siguiente alguien entró al cuarto durante las primeras horas de la mañana, y encontró a una anciana, recostada sobre su cama, sin vida, con una sonrisa en los labios. Ella ya no estaba ahí, estaba en un mejor lugar, se había ido con la persona que había esperado por tantos años.

Fin...


**Esta historia fue escrita originalmente con una extensión mucho mayor, así que decidí hacerla más breve. Para saber un poco más del cómo y porqué fue escrita, lean este post. casi al final**

**El nombre se lo puso una amiga, ya que, al terminar de escribir la historia, no sabía qué nombre ponerle (en serio, no pude pensar en un nombre). ¿Qué nombre le pondrían ustedes?**

While my guitar gently weeps...


Un momento a solas por la mañana. Por fin. Tomo la guitarra y rasgueo algunos acordes al azar, sacudo un poco las manos y pienso durante un rato...

— Últimamente ya no he disfrutado de esto tanto como antes, ¿qué ha pasado con los solos de guitarra?... ahora todo se trata solo de acordes distorsionados... si, hay un par de solos entre tantas canciones, pero solo vienen y se van. ¿Qué pasó?

Toco una cuerda y dejo sonar un poco esa nota, deslizo el dedo un poco, después hago lo mismo con otra nota ubicada en la cuerda de abajo...

— Si, eso pasó... toco mecánicamente, porque hay que ver que el otro también esté tocando las notas correctas; ayudarlo, si es posible, con un par de señas, para decirle que esa nota no es la correcta, que es un poco más arriba, que ese dedo no va ahí... evitar tocar acordes modificados, usar las notas normales para que los demás no se pierdan. Debería volver a jugar con las notas y los sonidos, como siempre hacía. Ir de arriba a abajo, buscando un sonido que encaje. Nunca me consideré un buen guitarrista, de teoría sé muy poco, sólo lo básico, y en ocasiones, ni siquiera eso... pero me gustaba jugar, toda esa infinita combinación de sonidos, al alcance de mi mano (con los efectos añadidos a la guitarra eléctrica, la emoción era mayor). Pero últimamente, ni siquiera eso... Es momento de volver a hacerlo.

Tercera cuerda, segunda...

— ¡Hey, ese sonido me suena familiar!, creo que era así...

Toco una melodía que me relaja un poco... A Day In The Life... recuerdo aquella escena de la película Across de Universe en donde suena esa melodía. Sonrío y sigo tocando. La toco una, dos, tres veces... si, sigo estando ahí.

Pensaba grabar Blackbird, pero por el momento eso es todo. Hay veces en las que es aceptable olvidarse de lo planeado para ocuparse de cosas más importantes... volver a encontrarse, por ejemplo.




Que alguien le diga a la tristeza que hoy no estoy triste...


1, 2, 3...

Que alguien le diga a la tristeza que hoy no estoy triste. La cara seria es para asustar a los sonrientes falsos, solamente eso. La mirada al suelo es solo para esquivar posibles miradas peligrosas... es solo precaución, nada más. ¿El aura oscura? son solo mis pensamientos nublando mi mente una y otra vez, ya me voy acostumbrando. Nada hay de oscuro en eso, supongo.

Hoy sentí escaparse una pequeña lágrima que humedeció mi mirada un rato, desde mi ojo derecho. Cosa rara. Uno derrama lágrimas cuando se está muy triste, o cuando se está muy feliz, entonces... ¿qué hacía una lágrima, al mediodía, apareciendo de la nada? Al mediodía, cuando lo único en lo que pensaba era en lo bien que sonaba la voz de aquella chica y su guitarra distorsionada en aquella canción grunge agresiva.

Por eso... que alguien le diga a la tristeza que hoy no estoy triste. Ni feliz. Ni nada. Hoy solo soy yo, y eso está bien, porque al menos sigo siendo yo.


Y nada más.


Selah


Peace&Love

Ruido

Madrugada fría. Despertar. ¿Qué estaba soñando?... no se, aun tengo sueño. Girar un poco y quedarse dormido otra vez. Despertar y volverse a dormir, alternativamente, un par de veces más.

Hay veces en las que uno se despierta asustado después de haber tenido alguna pesadilla. Hay veces en las que los sueños son tan confusos y enredados que uno se despierta preocupado y con muchas dudas. Otras veces el sueño es tan tranquilo y agradable que al despertar lo hacemos con una sonrisa.

Hoy, lo que caracterizó a mis sueños, fue el ruido, mucho ruido, demasiado.

No fue sino hasta las siete de la mañana cuando noté eso, desperté intentando recordar lo que estaba soñando... y solo pude recordar el ruido. Muchos sonidos, conversaciones mezcladas, palabras, etc. Conversaciones en las que yo ni siquiera tenía nada que ver. Todo el mundo haciendo ruido, menos yo. Ni siquiera puedo recordar alguna imagen específica de esos sueños (porque estoy seguro de que fueron varios), solo alcanzo a recordar el ruido excesivo y desagradable que me obligaba a despertar (para huir de él).

Desperté con ganas de gritarle al mundo que se callara. Pero claro, ese mundo tan ruidoso solo estaba en mis sueños (en mi cabeza). A pesar de haber dormido mucho tiempo quise volver a dormir.

Volví a despertar una hora más tarde con la misma sensación. Ya era hora de levantarse, al menos, en el mundo real el ruido es un poco más soportable... a veces.



Me pregunto si todo ese ruido proviene de alguna parte de mi subcosnciente, algún conflicto interno que tenga que resolver. Quién sabe.

(I)

Sobre esto y aquello, una colección de pensamientos o algo así.




Los días empiezan a sentirse más fríos. Hay algo en este clima frío de fin de año que me hace sentir una especie de nostalgia agradable.

"Estos días tienen un olor diferente"... es la primera vez que alguien menciona algo así, pero como esa chica dijo, no cualquiera nota este tipo de cambios. Las lunas de Octubre y Noviembre se notan distintas.

Hablar de muertos y de muertes me dejó un sabor a cadáver en el alma.

Últimamente uso mucho mis métodos de escape para salir de la realidad y observarla desde afuera. Pero no hay que olvidar que realidad solo hay una. O al menos eso decía el taxista en aquel libro.

Hace algunos días me preguntaron por "ella" (por la razón de su partida) y "qué se sentía" haber terminado de esa manera, me limite a responder que uno no puede definir lo que ya no es. Tal vez sea posible describir la ausencia de lo que alguna vez fue, pero para ausencias ya tengo bastante conmigo mismo.

Casi nunca estoy para nadie, a veces ni siquiera para mi.

Este fin de semana me fui apagando poco a poco, el lunes desperté con una nube de indiferencia colgando sobre mi. Me apagué tanto que ya me da igual qué día sea.

Cuando uno empieza a extinguirse solo se puede ir en uno de dos rumbos, apagarse o volver a encenderse, yo voy por el segundo, pero creo que me quedé a medias.

Dice una amiga que se nota cuando yo ando apático... no se si sea apatía, solo digo que me siento apagado... pero si, creo que si se nota.

El tic nervioso en mi ojo izquierdo regresó. Me preguntó porqué.

Un maestro escribió en una hoja varias notas, considerando mi fecha de nacimiento y mi nombre, y, además de alimentar un poco mi ego, me aconsejó manejar correctamente mi orgullo y el estrés. Podrán leer sus notas en el otro blog, mañana.

Sigo leyendo 1Q84, y justo cuando estoy a punto de terminar el segundo libro, me entero de que hay una tercera parte, y la cuarta sale hasta el próximo año.

Me volví a enamorar... de la historia de amor que hay entre Tengo y Aomame, dos personajes del libro mencionado anteriormente.

Ando con el corazón inquieto pero mi espíritu se siente desgastado. O, en otras palabras, algo está a punto de pasar pero creo que no estaré listo para cuando pase.

En fin, esto es solo una colección de pensamientos. No hay mucha conexión entre ellos (entre algunos tal vez si). No hagan mucho caso... Nos leemos en el siguiente post.

Peace&Love...


Shhhhhh


Y entre tantas cosas, mientras el mundo gira, mientras todos hablan, mientras todos los cuerpos a tu alrededor se desgastan sin notarlo... a veces uno encuentra un pequeño espacio en el tiempo, en donde el mundo (con todos sus problemas y complicaciones) parece guardar silencio por un instante. Esos pequeños ratos de tranquilidad en los que te sientas a escuchar el sonido del viento, a seguir la trayectoria de las nubes con la vista o simplemente a ver la vida pasar.


Sentarse en un parque solitario después de hacer varias llamadas, después de haber cancelado y confirmado varios compromisos, sin un alma a la vista, como si de un planeta desierto se tratara, escuchar el sonido que el viento hace al acariciar las hojas más altas de los árboles, cerrar los ojos unos segundos y sentir que uno forma parte de ese silencio, dejar de existir por un rato para volver después al mundo real, más relajado, menos muerto que antes.


Leer un libro sentado junto al árbol que está en casa, y al terminar la lectura, recostarse un poco, encender un cigarrillo y escuchar el disco Ziggy Stardust de David Bowie de principio a fin, observar las nubes, apreciar el contraste entre blanco y azul, en un par de minutos esas nubes se disuelven en el aire... reflexionar sobre varias cuestiones mientras las nubes se disuelven y el cigarrillo se consume, cerrar los ojos una vez más e imaginar nuevamente un estado de inexistencia.


Aprovechar uno de esos momentos para sentarse a escribir algunas lineas.



Observar las estrellas, pensando en ti...
aunque no sepa quién eres tú...




Peace&Love

Sobre la repentina vaciedad de las palabras

Las palabras son solo palabras, claro, pero lo que hay detrás de ellas viene a ser realmente fascinante, al menos para mi, en ocasiones hasta oscuro... basta con preguntarse simplemente ¿de dónde vienen las palabras?

Y es que desde siempre he sentido la necesidad de analizarlo todo, desde la compleja personalidad de la personas que me rodean (razón por la cual me encuentro estudiando Psicología, probablemente) hasta las palabras que vienen a ser tan comunes como cualquier otro detalle que al ser tan cotidiano pasamos por alto.

Sucede que al leer un texto o escuchar a alguien hablar, las palabras fluyen como siempre, de emisor a receptor y todo lo demás, pero hay veces en las que eso no basta, y me detengo ante una palabra, elegida al azar, la observo, la analizo un poco, me cuestiono a mi mismo sobre su origen, su etimología (¡ah!, Etimologías Grecolatinas era una de mis materias favoritas en la preparatoria), si está relacionada con alguna otra palabra, si es una palabra compuesta, si tiene algún prefijo o sufijo, y todo lo que uno puede analizar de una palabra.

Hasta ahí todo va bien, el problema surge cuando la palabra se me escapa de las manos, ya sea que, al analizarla demasiado, ésta pase a un estado más... liquido... y se me escurra entre los dedos, o que su timidez la haga saltar lejos de mi campo visual, como un escurridizo animal compuesto de letras y signos.

Y su aparente ausencia me deja confundido, es entonces cuando me pregunto: ¿esta palabra realmente significa lo que yo creo?... si, bueno, la he leído y escuchado siempre, siendo así, ¿porqué en este momento me parece tan extraña?, como si estuviera escrita en un idioma distinto al que estoy acostumbrado, como si la forma de las letras no coincidiera con lo que yo considero una letra normal.

Lo único que se puede hacer en un momento así es recurrir a un diccionario, verificar que la palabra realmente se encuentra ahí, junto con todas las demás que conforman nuestro vocabulario, y solo entonces siento que todo está bien, sigo siendo parte de esta realidad. Cierro el diccionario. La palabra sigue enjaulada dentro de esas páginas, sigue siendo parte del idioma que conozco, nada ha cambiado.

Si, ya se que este tipo de cosas no le suceden a una persona normal, pero qué mas da, nunca me he considerado realmente una persona normal.

Exogénesis



Con un inicio un poco melancólico, pasando por la asimilación de algo parecido a la esperanza para así llegar a la redención. Esta es una de esas canciones que siempre logran reanimarme (o, al menos, provocar algo en mi), sobre todo cuando escucho todas las partes, una tras otra.




Obertura.

Imitas mi alma,
robaste mi obertura,
atrapado en el programa de Dios,
Oh, no puedo escapar.

¿Quiénes somos?
¿Dónde estamos?
¿Cuándo estamos?
¿Por qué estamos?
¿Quiénes somos?
¿Dónde estamos?
¿Por qué, por qué, por qué?

No puedo perdonarte,
no puedo olvidar.

¿Quiénes somos?
¿Dónde estamos?
¿Cuándo estamos?
¿Por qué estamos aquí?

¿Quiénes somos?
¿Dónde estamos?
¿Cuándo estamos?
¿Por qué estamos aquí?


Polinización cruzada.

Levantaos por encima de las multitudes,
pasad a través de nubes tóxicas,
traspasad la esfera exterior,
el límite de todos nuestros miedos recae en vosotros.

Contamos con vosotros,
es vuestro turno.

Esparcid nuestros códigos por las estrellas,
debéis rescatarnos a todos.
Esparcid nuestros códigos por las estrellas,
debéis rescatarnos a todos.

Decidnos,
decidnos vuestro deseo final,
ahora que sabemos que no podéis volver jamás.

Decidnos,
decidnos vuestro deseo final,
nosotros se lo contaremos al mundo.


Redención.

Empecemos de nuevo,
¿Porqué no podemos empezar otra vez?

Solo... empecemos una vez más.

Y seremos buenos,
esta vez lo haremos bien,
lo haremos bien.

Es nuestra última oportunidad...
para perdonarnos a nosotros mismos.





Quién sabe, con un poco de suerte, tal vez también alcancemos la salvación.

¿Lo hemos hecho bien?

Los sonidos disminuyen y sus voces se escuchan con más claridad...

— Nada.
— Todo.
— ¿Nosotros?
— Si.
— ¿Es cierto eso?
— ¿Qué?
— Que un mago siempre es la persona justa en el momento preciso haciendo lo indicado.
— Si, más o menos.
— ¿Y nosotros hemos cumplido con ese requisito?
— Técnicamente, el mago soy yo.
— Pero siendo mi alter ego, yo también debo ser un poco como tú... y tú... un poco como yo.
— Cierto.
— Entonces... ¿lo hemos hecho bien? ¿todo?
— No todo, pero aún lo que se hace mal tiene un propósito... a veces hay que hacer algo mal para poder hacer algo bien, más adelante.
— Entiendo.
— Y cuando nos equivocamos, nos equivocamos porque inconscientemente queremos hacerlo así.
— Si, eso ya lo sospechaba.
— En realidad, nada es tan complicado.
— Solo hay que dejar que las cosas sigan su curso.
— Y entonces... podemos ver con mayor claridad.
— ¿Así lo hacen los magos?.
— Así lo hemos hecho nosotros.


Bomba de tiempo...

Cuando todo empezó yo supuse que la canción que más me recordaría a ella (cuando todo terminara) sería Norwegian Wood, pero estos últimos días, la canción que más ha estado dando vueltas en mi cabeza ha sido esta...


No puedo creer que al fin,
parece que aceptamos
que no hay para siempre.

Yo ya no voy a estar,
para verla explotar,
tal vez desde otra dimensión me entere.

Y se que estás aquí por mi,
mas no soy tu misión y anhelo,
hay mucho más en el vivir
que solo hacerlo.

Y siempre voy a estar aquí, 
mas no puedo quedarme a verlo,
te va a tocar desmantelar
esta bomba de tiempo.

No habrá final feliz,
ni palabras de aliento,
lo importante es disfrutar cada momento.

Y nunca voy a olvidar,
dijiste hay que vivir desde el amor
y no de los recuerdos.

Y se que estás aquí por mi,
mas no soy tu misión y anhelo,
hay mucho más en el vivir
que solo hacerlo.

Y siempre voy a estar aquí,
mas no puedo quedarme a verlo,
te va a tocar desmantelar
esta bomba de tiempo.

Y se que tú eres para mi,
pensé que deberías saberlo,
hay mucho más en el vivir
que solo hacerlo.

Y siempre voy a estar aquí,
mas no puedo quedarme a verlo,
te va a tocar desmantelar
esta bomba de tiempo.

Y yo estoy hecho para ti,
y juntos todo lo podemos,
hay mucho más que ver aquí
que lo que vemos.

El día normal de una persona anormal.

Últimamente me siento más extraño que de costumbre.


Los rayos de sol perforaban el frío cristal y poco a poco se filtraban a través de las delgadas cortinas, en cuanto eso pasaba, se deslizaban por la oscura habitación y golpeaban los párpados del cuerpo inerte que yacía sobre la cama de aquel cuarto relativamente vacío.

Apenas hacían contacto con los rayos del sol, sus párpados empezaban a moverse, como si estuvieran luchando con las fuerzas que, por las noches, los mantenían cerrados. Unos segundos después, el cuerpo se movía un poco, la noche ya no pesaba sobre él, era libre.

Se levantaba, balanceando su cuerpo un poco, intentando mantener el equilibrio, mientras sus pensamientos se atornillaban a su frágil mente que a esas horas del día parecía ser más frágil y vulnerable. Se preparaba el desayuno de manera mecánica, no hacía falta pensar mucho, y desayunaba. Cuando sus pensamientos por fin estaban acomodados en el lugar en el que tenían que estar empezaba a hablar, y se contaba a si mismo el itinerario del día, el cual había planeado la noche anterior.

Salía de su casa y se ponía el sombrero, al mezclarse entre la gente él también parecía una persona normal, nadie lo distinguía en medio de todo ese mar de personas que a diario salían de sus casas e iban de un lugar a otro. De repente, él aprovechaba la confusión, todas esas personas a su alrededor, y se perdía. Solo Dios sabe a dónde iba durante el día, y qué era lo que él hacía.

Al atardecer, cuando el sol empezaba a perderse en el horizonte, una sombra alargada se dibujaba sobre la acera de su casa. Era él. Se detenía frente a su puerta y metía la mano en uno de los bolsillos del pantalón, sacaba entonces una llave de aspecto extraño y abría la puerta.

Al entrar, comenzaba a quitarse la ropa y se dirigía a la cama, la noche estaba a punto de llegar. Se sentaba en la orilla de la cama y miraba su reflejo en el espejo que se encontraba frente a él. Después de un largo rato de contemplación, dejaba escapar un suspiro casi infinito y se dejaba caer lentamente sobre la cama, las sabanas empezaban a cubrirlo lentamente mientras él cerraba los ojos, olvidándose de si mismo.

Durante sus últimos segundos de lucidez, un pensamiento atravesaba su mente, el mismo que pasaba por ella todas las noches y que volvía a aparecer por ahí todas las mañanas. Como una estrella fugaz que atraviesa la oscuridad de una mente frágil y oscura, ese pensamiento lo iluminaba por un segundo.

Y antes de quedarse completamente dormido... sonreía.


La vida como un milagro.

Hasta donde podemos discernir, el único propósito del ser humano es encender una luz en la oscuridad de la existencia.
— Carl Gustav Jung (Recuerdos, sueños, pensamientos)

"... Y ahí estaba la bola con nieve, con un pequeño castillo dentro, era como un mundo entero, un mundo dentro de la bola... una pequeña busbuja de cristal de otra dimensión. La moví, provocando una tormenta. Sabía que no era nieve real, pero no comprendía porqué caía tan despacio. Imaginé que dentro de la bola había un tiempo diferente. Tiempo lento... y dentro solo había agua."

— ¿Laurie? ¿Estás bien?
— ¡Claro que no! ese bastardo, y mi madre, me... me engañaron ¡Eso hicieron! Toda mi vida es una mentira. Estúpida, insignificante...
— No creo que tu vida sea insignificante.
— Oh, no. Claro, tenías que decirlo porque cualquier cosa me la creeré como una estúpida. Pero se que no estás de acuerdo conmigo... y... uh... ¿verdad?
— No.
— Has estado diciendo que la vida es insignificante, ¿cómo puedes ahora...?
— Cambié de opinión.
— ¿Porqué?
— Milagros termodinámicos... son tan raros que parecen imposibles, como que el oxígeno se convierta en oro. Hace tiempo que quiero ver eso. En cada apareamiento humano, un millón de espermatozoides luchan por un solo óvulo. Multiplica esa probabilidad por las infinitas generaciones, contra las posibilidad de que tus ancestros vivieran, se encontraran y engendraran esta hija... hasta que tu madre ama a un hombre al que tiene toda la razón de odiar, y de esa unión, de los millones de niños que compiten por la fertilización, eres tú, solo tú, la que emergió. Destilar esa forma tan específica de ese caos de improbabilidad, es como transformar el aire en oro... una de las mayores improbabilidades. El milagro termodinámico.
— Si mi nacimiento, si eso es un milagro termodinámico... ¡podrías decir eso de cualquier persona en el mundo!
— Si. Cualquiera en el mundo... pero el mundo está lleno de personas que lo convierten en rutina que lo olvidamos... lo olvidé. Miramos continuamente el mundo y eso nubla nuestras percepciones. Pero visto desde otra perspectiva, como si fuera nuevo. Puede aun asombrarnos.

Ven... seca tus ojos, porque eres vida, más rara que un Quark e impredecible más allá de los sueños de Heisenberg, la arcilla en que las fuerzas que modelan las cosas dejan sus huellas... Seca tus ojos... vamos a casa.

Nota: Este es un dialogo entre Silk Spectre y el Dr Manhattan, de la novela gráfica Watchmen, esta conversación me gustó desde la primera vez que la escuché en la película, en el comic es algo distinta, pero aun así, me sigue gustando.

Nadando en ríos metafísicos

Hay ríos metafísicos, ella los nada como esa golondrina está nadando en el aire, girando alucinada en torno al campanario, dejándose caer para levantarse mejor con el impulso.


Ríos que envuelven la realidad de manera invisible y que, sin embargo, crean caminos para guiar el vuelo de sus pensamientos, pensamientos que viajan a través del viento y juegan con las nubes, ascienden y descienden, como teniendo vida propia, y al final del día regresan por el camino que recorrieron anteriormente, y vuelven a anidar en el corazón que los vio nacer.

Divagaciones I



01 Pienso y luego existo,
02 Existo y pienso más,
03 Repito el ciclo un par de veces,
04 Alcanzo un nivel de existencia más alto.


05 Aunque la existencia es la misma,
06 Lo del nivel es pura ilusión,
07 Da lo mismo arriba que abajo,
08 O tal vez no, quién sabe.


09 Hace tiempo que de arriba no escucho nada,
10 Y hace tiempo que desde abajo veo mejor,
11 Aunque siempre digo que estoy en medio,
12 Aunque no sepa realmente en medio de qué.


      *Selah*


01 Pienso y luego existo,
02 Existo y no quiero pensar,
03 Prefiero la inexistencia,
04 Una inexistencia irreal.


05 Un pequeño espacio en donde me pueda ocultar,
06 Desvanecerme para los demás estando todavía aquí,
07 Cobijarme con un poco de la nada,
08 Y dejar de existir un rato...



Please, please, please...



Buenos tiempos para un cambio,
mira, la suerte que he tenido
podría hacer que un hombre bueno se vuelva malo.

Así que, por favor...
déjame...
déjame conseguir lo que quiero
esta vez.

No he tenido un sueño en mucho tiempo,
mira, la vida que he tenido
podría hacer que un hombre bueno se vuelva malo

Así que por una vez en la vida,
déjame conseguir lo que quiero,
El Señor lo sabe, esta sería la primera vez,
El Señor lo sabe, esta sería la primera vez.



Y mientras tanto, sigo caminando...

Falling down

¿No les ha pasado que, de repente, sienten como si no sintieran nada?, como si vieran el mundo a través de un cristal de indiferencia, un cristal espeso que los separa del resto del mundo y los mantiene como simples espectadores, fríos, indiferentes y sin emociones. Esa sensación de estar siendo consumido lentamente por un agujero negro sin que nadie sea capaz de extender la mano para ayudarte a salir de ahí.


Ayer estaba pensando en esto y recordé una conversación que tuve hace mucho tiempo:
—Ya se me rompió mi caja de emociones.
—Jajaja... ¿y eso?
—Exceso de uso, tal vez...
—No creo. A veces cuando más desgastados nos sentimos, con más intensidad volvemos a amar después. Es un periodo de pausa antes de remontar el vuelo.
—Eso suena como a algo que yo hubiera dicho hace mucho tiempo jejeje
—Exacto. Te lo recuerdo, nomás. Lo aprendí de ti.
En aquel momento "debatíamos" sobre el amor y temas relacionados, pero creo que también aplica para todo tipo de emociones... ¿ustedes qué opinan?

Por cierto, me pareció un lindo detalle que alguien dijera que aprendió algo de mi... todos aprendemos de todos, todos los días, pero que alguien te lo diga, a pesar de que ya casi nunca hablan es... lindo, no?

Rock And Roll Music

Subo al asiento trasero de un taxi y me dispongo a leer el libro que encontré (o que me encontró) hace unos días; apenas el taxi empieza a avanzar el chofer pone su música a todo volumen. Me da igual. Me quito los audifonos y, después de darle la dirección, sigo leyendo...

En el libro, un joven de 16 años, llamado John Lennon intenta convencer a sus amigos de lo genial que sería tocar en una banda de Rythm&Blues, sus compañeros le dicen que si, pero que ese es un sueño lejano, ellos solo son un grupo de chicos a los que les gusta la música, los tipos que acaban de ver en el bar son profesionales, para llegar a ser como ellos hay que estudiar durante años en un conservatorio; ellos se despiden y John se queda pensando, a él no le parece tan complicado, él solo quiere hacer música.

Al llegar a esta parte dejo de leer y me pongo a pensar que hace tiempo yo sentía algo parecido, hace tiempo yo también quería hacer música, me emocionaba ensayar y tocar con mis amigos, ya habíamos tocado en algunos bares, y un par de veces hasta llegamos a tocar sobre un escenario, haciendo lo que más nos gustaba... ¿qué fue lo que pasó?

Hace algunos meses volví a intentarlo, hice un par de llamadas y ya todo estaba listo para volver a ensayar, y al final no hubo nada, ya en ese momento me daba igual y no le di mucha importancia. Hace unas semanas me encontré con el baterista de la banda, me dijo que él tenía muchas ganas de tocar y que esperaba que volvieramos a ensayar, desde aquel día no lo he vuelto a ver.

Hasta ayer, todo esto me daba igual, ya no me interesaba tanto volver a tocar... pero al leer ese libro recordé aquellos años en los que me ilusionaba con todo este tema de la música... mi primera guitarra, mi primera guitarra eléctrica, mi primer procesador de efectos, los solos, la sensación de estar creando música con mis propias manos, las pocas grabaciones que hice (que no eran tan buenas pero iban mejorando)... y de repente, algo en mi volvió a despertar. Hoy, mientras caminaba por la calle con los audifonos puestos, volví a emocionarme con cada canción que escuchaba.

El problema es que, por el momento, los grupos en los que he tocado están dispersos o "en pausa", pero qué mas da...




Quiero hacer música otra vez...


La Conjura de los Necios y Tokio Blues

La Conjura de los Necios (Fragmento)


Ignatius, con una estela de película desenrollada, se lanzó hacia la puerta y entró en la oficina. Las dos mujeres desplegaban estólidas la parte posterior de la manchada sábana ante el señor González, que estaba confundidísimo. Los miembros del coro, con los ojos cerrados, cantaban compulsivos, perdidos en su mundo melódico. Ignatius atravesó el batallón que remoloneaba benigno en los márgenes de la escena, hacia el escritorio del jefe administrativo.
La señorita Trixie le vio y preguntó:
     —¿Qué pasa, Gloria? ¿Qué hace aquí la gente de la fábrica?
     —Corra ahora que puede, señorita Trixie —dijo Ignatius muy serio.
Oh, Jesús, Tú me das paz,
Tú alejas a la policía.
     —No puedo oírte, Gloria —-gritó la señorita Trixie, agarrándole del brazo—. ¿Esto es una comedia de negros?
     —¡Vaya a colgar sus carnes flácidas en el retrete! —gritó brutal Ignatius.
La señorita Trixie desapareció.
     —¿Bien? —preguntó Ignatius al señor González, resituando a las dos damas, para que el jefe administrativo pudiera ver la inscripción de la sábana.
     —¿Qué significa esto? —preguntó el señor González, leyendo la pancarta.
     —¿Se niega usted a ayudar a estas personas?
     —¿Ayudarles? —preguntó acongojado el jefe administrativo—. ¿De qué habla usted, señor Reilly?
     —Hablo de ese pecado contra la sociedad del que es usted culpable.
     —¿Qué? —al señor González le temblaban los labios.
     —¡Al ataque! —gritó Ignatius al batallón—. Este hombre no sabe lo
que es la caridad.
     —No le ha dado usted oportunidad de hablar —comentó una de las mujeres descontentas que sujetaban la sábana—. Deje usted hablar al señor González.
     —¡Al ataque! ¡Al ataque! —gritó de nuevo Ignatius, con mayor furia aún, los ojos amarillos y azules relampagueando desorbitados. Alguien dio un cadenazo más bien protocolario en los archivadores,
tirando las plantas al suelo. —¿Pero qué has hecho, desgraciado? —dijo Ignatius—. ¿Quién te
mandó tirar esas plantas?
     —Usted dijo «al ataque» —contestó el portador de la cadena.
     —Deje eso inmediatamente —gritó Ignatius a un hombre que acuchillaba apático el letrero DEPARTAMENTO DE INVESTIGACIÓN Y REFERENCIA. — I. REILLY, CUSTODIO con un cortaplumas—. ¿Pero qué se han creído ustedes?
     —Bueno, usté dijo «al ataque» —contestaron varias voces.
En este yermo
Me das la gracia
De tu luz
Que ilumina la larga noche.
Oh, Jesús, oye mis cuitas
Y nunca, nunca, nunca te dejaré.
     —Basta ya de esa canción horrible —gritó Ignatius al coro—. Nunca he oído mayor blasfemia.
El coro dejó de cantar y los cantores parecieron ofenderse muchísimo.
     —No entiendo lo que hace, señor Reilly —dijo el jefe administrativo a Ignatius.
     —Cierre esa boquita, subnormal.
     —Nosotros volvemos a la fábrica —dijo furiosa a Ignatius la portavoz del coro, la dama apasionada—. Es usté un hombre malo. Yo sí creo que hay un policía buscándole.
     —Sí —confirmaron otras voces.
     —Un momento, un momento —suplicó Ignatius—. Alguien tiene que atacar a González —pasó revista el batallón de guerreros—. El del ladrillo, venga aquí ahora mismo y pegúele un poco en la cabeza.
     —Yo no voy a pegarle a nadie con esto —dijo el hombre del ladrillo—. Usted debe tener unos antecedentes de un kilómetro en la policía.
Las dos mujeres dejaron caer al suelo con manifiesta repugnancia la sábana y siguieron al coro, que ya empezaba a salir por la puerta.
     —¿Pero dónde se van? —gritó Ignatius, la voz ahogada de saliva y furia.
Los guerreros no contestaron y empezaron a seguir al coro y a las dos portaestandartes por la puerta de la oficina. Ignatius se lanzó raudo tras los últimos guerreros y agarró por el brazo a uno, pero el guerrero se lo quitó de encima como si fuera un mosquito y dijo:
     —Ya tenemos bastantes problemas sin necesidad de que nos metan en la cárcel.
     —¡Vuelvan aquí! No han terminado. Pueden coger a la señorita Trixie si quieren —gritó Ignatius frenético al batallón en retirada, pero la procesión siguió silenciosa y resuelta escaleras abajo hacia la fábrica. Y cerróse por último la puerta tras el último cruzado de la dignidad mora.

Tokio Blues (Fragmento)


Aquel día Naoko habló mucho, algo poco frecuente en ella. Me habló de su infancia, de su escuela, de su familia. Cada relato era largo y detallado como una miniatura. Escuchándola, me quedé admirado de su portentosa memoria. De pronto, empezó a llamarme la atención algo en su manera de hablar. Algo extraño, poco natural, forzado. Cada uno de los episodios era, en sí mismo, creíble y lógico, pero me sorprendió la manera de ligarlos. En un momento determinado, la historia A derivaba hacia la historia B, que ya estaba contenida en la historia A; poco después, pasaba de la historia B a la historia C, implícita en la anterior, y así de manera indefinida. Sin un final previsible. Al principio asentía, pero pronto dejé de hacerlo. Puse un disco y, cuando éste acabó, levanté la aguja y pinché otro. Cuando los hube escuchado todos, volví a empezar por el primero. Naoko sólo tenía seis discos, el primero del ciclo era Sargeant Pepper's Lonely Hearts Club Band, y el último, Waltz for Debbie, de Bill Evans. Al otro lado de la ventana seguía lloviendo. El tiempo discurría despacio, y Naoko continuaba hablando sola. Aquella extraña forma de contar las cosas se debía a que al hablar sorteaba ciertos puntos. Uno, por supuesto, era Kizuki, pero no era el único. Relataba con extrema minuciosidad algo intrascendente al tiempo que eludía otros temas. No obstante, por primera vez la veía charlar con entusiasmo. Dejé que se expresara. Cuando dieron las once empecé a sentirme intranquilo. Naoko llevaba ya más de cuatro horas hablando sin parar. Además, me preocupaban el último tren y la hora de cierre de la residencia. Esperé el momento adecuado para interrumpirla:

—Tendría que irme ya. Voy a perder el último tren. —Consulté el reloj.

Al parecer, mis palabras no llegaron a sus oídos. O, si llegaron, no las entendió. Enmudeció unos instantes y luego siguió hablando. Me conformé, volví a sentarme y bebí el vino que quedaba en la segunda botella. Así las cosas, lo mejor sería dejarla hablar cuanto quisiera. Y decidí olvidarme del último tren, de la hora de cierre del portal y de todo lo demás. Pero Naoko no siguió hablando mucho tiempo. Antes de que me hubiera dado cuenta, se detuvo. La última sílaba quedó suspendida en el aire, como desgajada. Para ser precisos, no dejó de hablar. Sus palabras se habían esfumado de repente. Intentó continuar, pero ya no quedaba nada. Algo se había perdido. O quizás era yo quien lo había echado a perder. Tal vez mis palabras habían llegado finalmente a sus oídos, al fin las había comprendido y había perdido las ganas de seguir charlando. Me clavó una mirada perdida con la boca entreabierta. Parecía una máquina que hubiese dejado de funcionar al desenchufarla. Sus ojos estaban cubiertos por un velo opaco.

—Me sabe mal haberte interrumpido —le dije—, pero es tarde y...

Las lágrimas afloraron a sus ojos, resbalaron por sus mejillas, cayeron en grandes goterones sobre la funda del disco. En cuanto vertió la primera lágrima, el llanto fue imparable. Lloraba encorvada hacia delante, con las manos apoyadas en el suelo, como si estuviera vomitando. Era la primera vez que veía a alguien sollozar con tanta desesperación. Alargué la mano, la posé en su hombro. Éste se agitaba sacudido por pequeñas convulsiones. En un gesto casi reflejo, la atraje hacia mí. Continuó llorando en silencio, temblando entre mis brazos. Se me humedeció la camisa, que quedó empapada de sus lágrimas y de su aliento cálido. Los diez dedos de Naoko recorrían mi espalda como si buscaran algo. Mientras sostenía su cuerpo con la mano izquierda, le acariciaba el pelo liso y suave con la derecha. Me mantuve en esta posición mucho rato esperando a que su llanto cesara. Pero ella no dejó de llorar. Aquella noche me acosté con Naoko. No sé si fue lo correcto. Ni siquiera hoy, veinte años después, podría decirlo. Tal vez jamás lo sepa. Pero entonces era lo único que podía hacer. Ella estaba en un terrible estado de nerviosismo y confusión; deseaba que yo la tranquilizase. Apagué la luz de la habitación, la desnudé despacio, con ternura; luego me quité la ropa. La abracé. Aquella noche de lluvia tibia no sentimos el frío. En la oscuridad, exploramos nuestros cuerpos sin palabras...


Esto es un complemento de un post del otro blog: Click aqui

Infinitamente (I'll love you endlessly)

"Cada vez que uno de los dos dice 'Infinitamente' me acuerdo de esta canción."


Tema: Amor.
Canción: Endlessly
Interpreta: Muse


Matt (Guitarra y voz) dice sobre ella: "Es una sencilla canción de amor. Creo que hay esperanza en ella a pesar de que toco temas más bien oscuros". Dom (Bateria), por su parte, contó que la canción cambió mucho durante el proceso de producción: "Al principio era más una canción rock, con un riff de blues, pero entonces decidimos hacerla lo más simple posible porque así se sentía que la canción debía ser, no tenía que ser extravagante". Chris (Bajo), en una entrevista para XFM mencionó que Endlessly, junto con Time is running out fueron las primeras canciones en las que probaron con una base de sintetizadores para toda la canción, sus primeras incursiones en la "electrónica" – Fuente: museabuse.com


Hay una parte de mí que nunca conocerás,
lo único que nunca mostraré. (1)

Desesperadamente, te amaré infinitamente,
desesperadamente, te lo daré todo, (2)
pero no voy a renunciar a ti,
no te decepcionaré,
y no dejaré que caigas,
si llega el momento. (3)

Está claro que intenta hablar, (4)
preciados sueños eternamente dormidos. (5)

Desesperadamente, te amaré infinitamente,
desesperadamente, te lo daré todo,
pero no voy a renunciar a ti,
no te decepcionaré,
y no dejaré que caigas,
si llega el momento.


Una canción con una base melódica que parece expresar cierta melancolía y oscuridad, y que sin embargo, habla del amor como un sentimiento de verdadera entrega, total y sin pedir nada a cambio... En lo personal, esta canción siempre me recuerda a cierta personita especial a la que ya le he dedicado algunos posts en este y en el otro blog (y a quien también le dedico este post). Es difícil a entender como es que uno puede llegar a querer tanto a una persona, sobre todo por la forma en que ella y yo nos conocimos, pero de alguna manera he llegado a sentir algo muy especial por ella y esta canción expresa un poco de lo mucho que ella me hace sentir:

(1) Ese lado oscuro que existía antes de conocerte, esa oscuridad que me rodeaba y de la cual tu amor me sacó, será lo único que nunca mostraré, esa será la única parte de mi que nunca conocerás. (2) Infinitamente, sin guardarme nada, te lo daré todo, y aun así quedaría en deuda contigo. (3) Y sin importar lo que pase, estaré a tu lado, no te abandonaré, y si llegara el momento, haré lo posible para evitar tu caída. (4) En este punto, ya no soy yo el que habla sino el corazón, siempre intenta hablar cuando pienso en ti. (5) Con sus sueños de amor y esperanza que se mantenían dormidos hasta que tú llegaste.

Y así como en la canción, en la vida existen situaciones que hacen que su melodía parezca tétrica y oscura, sin embargo, es el amor que siento por ti el que me hace creer que todo puede ser mejor...




Te amo infinitamente...

Si, ya se que este post terminó siendo muy cursi, pero bueno... qué le vamos a hacer si uno está enamorado, si alguien tiene una queja contra eso, le pueden reclamar a la señorita Ave... jejeje

El Mago Blanco I - ¿Qué es un mago?

Varios me han preguntado ¿porqué Mago Blanco?... en algunas ocasiones me he librado de dar una extensa explicación y me he conformado con decir que el Mago Blanco es solo un nick que yo usé (y que todavía uso) en twitter y con el que ya me he familiarizado bastante, en otras ocasiones me he extendido un poco más, al grado de decir que la magia es real, pero no la magia que está basada en hechizos y conjuros (como en Harry Potter), sino una magia que está presente en cada cosa que uno hace, la vida misma ya es algo mágico, los milagros, aun cuando pueden ser explicados de manera científica tienen algo mágico en si, las emociones, lo que percibimos, la magia está ahí, solo hay que aprender a verla. Sin embargo, la verdad sobre el mago blanco se encuentra en un punto más allá de estas dos vagas explicaciones.

Pero yo no soy el Mago Blanco como tal, yo soy solo una parte de él así como él es una parte de mí. Hay veces en las que el Mago Blanco actúa de manera interna, pensando y reflexionando cada acción realizada o por realizar, y hay otras veces en las que el mago es el que toma el control total de lo que hago y... bueno, hace magia... todo depende del momento en el que esté.

En días pasados recibí en Facebook una invitación de Gustavo Fernandez (un investigador de lo paranormal) para dar Like a una página suya sobre Magia Y Contramagia Ritual, y aunque no me gusta introducirme demasiado en esos temas de esoterismo y cosas parecidas, me pareció interesante, sobre todo por la forma en que el sr. Fernandez presenta sus investigaciones... pero volviendo al tema de este post... Cuando di Like a esa página decidí ver que había por esos lugares, y me encontré con una definición que en lo personal, creo que encaja bastante bien con lo que en un principio fue el mago blanco para mi, y digo en un principio porque recientemente me di cuenta de que lo único que me queda del mago blanco es el nombre, con el tiempo, y con ciertas cosas que pasaron a principios del año pasado, toda la magia, misterio y misticismo que rodeaban al mago se fueron extinguiendo poco a poco, pero como bien dice Julio Cortázar: Nada está perdido si se tiene por fin el valor de proclamar que todo está perdido y que hay que empezar de nuevo. Por eso he decidido escribir este y tal vez algunos posts más para explicar quién es el mago, de dónde viene y cualquier otra cosa que tenga que ver con él y que yo considere necesario explicar, quizás al explicar su naturaleza mágica yo vuelva a recordar en dónde fue que lo dejé olvidado y pueda revivirlo una vez más.

Pero por el momento, eso es todo, nos leemos en el siguiente post, mientras tanto les dejo la definición de lo que es un Mago.

No se es "mago" por encender velas, dibujar pantáculos, mantrar en latín, vestir túnica o elevar una copa de cristal con agua lustral en una conjunción planetaria. Esas son solo herramientas, "muletas" en las que apoyarnos para llegar a otra cosa. El verdadero mago es la persona justa en el momento preciso haciendo lo indicado, con su mente enfocada sostenidamente en un punto y la fuerza de los deseos ordenada y subordinada a su voluntad. Cuando más claramente discernamos (y actuemos) conforme a esta enseñanza, menos precisaremos de lo primero. [sic]

Peace&Love

Heart Shaped Box


Ella me mira como un piscis cuando estoy débil, (1)
he estado encerrado en tu caja en forma de corazón por semanas, (2)
he sido arrastrado a tu magnética trampa de brea, (3)
desearía poder devorar tu cáncer cuando regreses. (4)

Hey, espera, tengo una nueva queja,
siempre en deuda con tu invaluable consejo. (5)

Por ahora las orquídeas carnívoras no perdonan a nadie, (6)
Me corté a mi mismo con el cabello de un ángel y el aliento de un bebé, (7)
el himen roto de su alteza, me he vuelto negro, (8)
arrojé tu cordón umbilical hacía abajo para poder subir nuevamente. (9)


Hey, espera, tengo una nueva queja,
siempre en deuda con tu invaluable consejo.

La canción fue escrita por Kurt Cobain, supuestamente inspirada en una caja en forma de corazón que su esposa (Courtney Love) le regaló, Cobain también dijo que la canción estaba inspirada en los niños con cáncer, aunque realmente parece ser una colección de comentarios sobre varios temas, personalmente prefiero esa versión.

Obviamente es una de mis canciones favoritas, y para mí representa lo que dije anteriormente, una colección de pensamientos dispersos. De arriba a abajo: (1) mi fragilidad comprendida por ella(2) la caja en la que bien podría estar guardado mi corazón -que probablemente sería otro corazón- y en la que prefiero encerrarme a mí mismo -tal vez por comodidad-; (3) las trampas de la vida que me arrastran y hacen más lento mi caminar; (4) el deseo de querer extirpar el sufrimiento de alguna persona que me importa demasiado; (5) una queja por los consejos invaluables que provienen de personas que no me conocen realmente; (6) una enseñanza, el dolor es inevitable el sufrimiento es opcional; (7) lo hermoso también puede llegar a lastimar, sin embargo a veces es necesario sufrir un poco por aquello que uno ama; (8) esta ruptura aun no representa nada para mi -tal vez después (?)-; (9) dejar un rastro de mi origen para no olvidar nunca de dónde vengo.

Y eso es todo, una canción y lo que significa para mi, tal vez vuelva a hacerlo en futuros posts con otras canciones. Y si, yo también tengo una caja en forma de corazón (literal y metafóricamente).


Mi caja en forma de corazón, sobre mi libreta de notas (o diario),
que a su vez está sobre la primera revista que compré después de que
me empezaran a gustar las canciones de Nirvana: La mosca en la pared,
especial de Kurt Cobain a 13 años de su muerte.

PD: El videoclip también es uno de mis favoritos, las imágenes y escenas que se muestran en él son perturbadoramente surrealistas (o algo así).

Peace&Love

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